500 gallinas ponedoras garantizan huevos frescos a los habitantes de austral Puerto Williams

Autor: Cristián Morales

Zona Austral Mercado Magallanes
Huevos frescos Puerto Williams
  • Usuarios del Prodesal Cabo de Hornos de INDAP luchan contra el frío y depredadores como el visón. Aun así, sienten que están ganando la pelea. La solución: gallineros de 24 metros cuadrados con mallas, radier profundo e iluminación, “una casa ideal” para atender a la raza Isa Brown, refrendan en sus relatos productores y expertos.

Pleno invierno: La nieve pasa la rodilla y el canal Beagle parece una taza de leche. Con temperaturas bajo cero, ocho usuarios de INDAP entregan huevos frescos a los cerca de 3 mil habitantes de la austral ciudad. “La clara es más espesa y lo mejor está en el sabor. Se nota altiro que son frescos y la gente los reconoce. Pese al frío, todavía mis gallinas están dando al menos un huevo al día”, dice María Muñoz, agricultora y productora avícola del sector Huertos Familiares de la comuna de Cabo de Hornos.

"Hace 20 años, cuando llegué con mi marido a vivir a Puerto Williams, una señora tenía 20 gallinas, pero el visón se las comió todas y nos quedamos sin huevos frescos en el pueblo". Así, María Muñoz resume la historia avícola de la pequeña localidad situada a orillas del canal Beagle. Este episodio se convirtió en un desafío personal para ella, impulsándola a construir su propia trayectoria en la crianza de aves.

Hoy en día hay poco más de 500 gallinas ponedoras en toda la isla. Es todo un récord, considerando las temperaturas bajo cero y los constantes depredadores.

María es una de las agricultoras y productoras avícolas usuarias de INDAP que está comprometida por entregar huevos frescos. Originaria de Isla Butachauques, en Chiloé, llegó a la zona hace 20 años, luego de haber vivido en Punta Arenas. "Nos vinimos por trabajo. Mi esposo es carpintero y encontró empleo en la construcción. Me gustó mucho Puerto Williams, que en ese entonces era más bonito que ahora. El clima ha cambiado bastante, pero como somos chilotes seguimos con la agricultura y criando gallinas", dice orgullosa María, que tiene más de cien de la raza Isa Brown.

Son gallinas sin gallos, porque son ponedoras. Estas aves empiezan a poner huevos tras alcanzar la madurez, cuando liberan ovocitos. De tal modo, es un proceso natural como el de los mamíferos que tienen la menstruación. La presencia de un gallo es necesaria solo para fertilizar los huevos si se desea criar pollos.

Otro productor destacado es José Alejandro Gallardo. Nació en la comuna de Chonchi, en la Isla Grande de Chiloé, y desde allí se trasladó a Puerto Williams. Actualmente se dedica a la producción de hortalizas hidropónicas y a la cría de aves, con más de 120 gallinas ponedoras, una actividad que ha ido creciendo y generando frutos con el tiempo.

“La alimentación es lo más importante para tener huevos de buena calidad, y nuestras gallinas comen bien. Su alimento lo complemento con arroz, maíz molido y papas”, explica.

Estrategia de producción

Según Manuel Ulloa, máster en Recursos Naturales y jefe del Prodesal de Cabo de Hornos, el incremento tiene tres razones principales: el esfuerzo de los productores, la calidad de los gallineros y la buena adaptación de la raza.

“Acá se dio la regla colonizadora: siembra, cerdo y gallina… Y si bien se perdió, aunque en el pasado nunca hubo más de 100 gallinas en la isla, hoy estamos frente a un récord. La estrategia principal fue habilitar gallineros acordes a las necesidades; gestionar a través de INAP la compra de gallinas Isa Brown, que son principalmente ponedoras, con buena adaptación a las condiciones climáticas extremas; y mantener el libre pastoreo”, aseguró Ulloa.

Se trata de gallineros de 24 metros cuadrados con radier profundo, mallas e iluminación, “una casa ideal” para atender a la raza Isa Brown. Si bien el costo supera los 5 millones de pesos, la estrategia hasta ahora da buenos resultados y permite frenar el ataque de los depredadores que afectan a los productores.

De igual forma, Ulloa destaca la alianza entre el Prodesal de INDAP y la Municipalidad de Cabo de Hornos. “Tenemos excelentes resultados, no solo en la protección de la avicultura, sino también en diversas áreas. Gracias a esta colaboración se han implementado proyectos efectivos y sostenibles que benefician a los agricultores y productores locales, fortaleciendo la economía rural y mejorando la calidad de vida en la comunidad. Esta sinergia demuestra el impacto positivo que puede tener el trabajo conjunto entre instituciones públicas para el desarrollo integral de la región”, precisa.

Autoabastecimiento

A pesar de las temperaturas bajo cero, la mayoría de las gallinas continúa poniendo huevos. El costo de una bandeja de 36 alcanza los 10 mil pesos para los habitantes de la isla.

El director regional de INDAP, Gabriel Zegers, resalta el apoyo a los agricultores de esta zona extrema, enfocado en fomentar la soberanía alimentaria y proporcionar la infraestructura y los conocimientos necesarios para mejorar la alimentación, salud y calidad de vida de los habitantes de Magallanes. 

"Hemos puesto el foco en una agricultura familiar campesina que sea el motor del desarrollo local, tan eficiente como rentable y capaz de construir un paisaje rural resiliente y equitativo. Inversiones integrales y de calidad como éstas permiten la producción continua durante el año y reducen los riesgos de producir algo tan esencial como los huevos. Para esto es fundamental establecer una colaboración coordinada con instituciones y garantizar un acceso adecuado a recursos adicionales", destaca Zegers.

Este enfoque refleja la necesidad urgente de fortalecer la colaboración entre INDAP y el Gobierno Regional. “Con el respaldo del Ministerio de Agricultura, es crucial alcanzar un convenio que permita dotar de mayores recursos a la agricultura en la zona austral. Esto no solo beneficiaría a los agricultores locales, sino que contribuiría significativamente a mejorar la seguridad alimentaria y la calidad de vida de los habitantes de Magallanes”, precisó Zegers.

La isla, con una extensión de 2.528 kilómetros cuadrados, alberga una población que no supera los 2.700 habitantes según el último Censo. En ella, 44 usuarios de INDAP participan activamente en el Prodesal Cabo de Hornos, centrados en la producción hortícola, avícola, forestal, ganadera y artesanal.